Vitamina D, omega-3 y ejercicio: ¿una combinación ganadora para un envejecimiento saludable?

Resumen

• El innovador ensayo de tres años de duración DO-HEALTH ha publicado recientemente los resultados que demuestran que una combinación de suplementos de altas dosis de vitamina D₃, suplementos de omega-3 y un simple ejercicio de fuerza en casa (SHEP) ayuda a envejecer de forma saludable.
• Los descubrimientos del estudio DO-HEALTH se suman a un corpus creciente de investigaciones positivas en el campo de la nutrición y el cáncer.
• Siga leyendo para conocer los últimos avances científicos que exploran la relación entre la gestión nutricional y el envejecimiento saludable, y cómo estos conocimientos pueden servir de base a la innovación en el sector de la nutrición para ayudar mejor a las personas mayores. 

Más por un envejecimiento saludable 

El cáncer es la segunda causa de muerte en los adultos mayores.^1,2 Además de la edad avanzada, el desarrollo del cáncer parece verse favorecido por una serie de factores relacionados con el estilo de vida, como una dieta poco saludable y la escasa actividad física, que pueden suponer un gran reto en las personas mayores.³ Los beneficios de la nutrición y el ejercicio para un envejecimiento saludable son bien conocidos, i. Las investigaciones en este campo demuestran el potencial de la vitamina D y los ácidos grasos omega-3 específicamente en el envejecimiento saludable. Se ha demostrado que los suplementos de vitamina D limitan el crecimiento de las células cancerosas,^4-14 mientras que los ácidos grasos omega-3 pueden inhibir la carcinogénesis (la transformación de células normales en cancerosas).¹⁵ Además, el ejercicio puede ayudar a mejorar la función inmunitaria y a disminuir la inflamación; dos factores que pueden reducir el riesgo de desarrollo del cáncer.^16-18

Allanando el camino: El ensayo DO-HEALTH

El objetivo general del estudio DO-HEALTH es prolongar la esperanza de vida saludable de las personas mayores europeas. Como parte de este objetivo, el ensayo exploró los beneficios de las intervenciones de nutrición y ejercicio sobre el riesgo de cáncer, para ayudar en última instancia a informar las iniciativas de salud pública.¹⁹ El estudio DO-HEALTH, que se llevó a cabo entre 2012 y 2017 en cinco países de Europa, incluyó a 2.157 adultos mayores generalmente sanos y activos de 70 años o más, es decir, una edad en la que el riesgo de cáncer es mayor. Se dividió a los participantes en ocho grupos, en los que se les administró un placebo, una de las tres intervenciones - 2.000 UI/día de vitamina D₃, 1 g/día de omega-3 o un programa sencillo de ejercicio en casa (SHEP) - o diferentes combinaciones de las tres. 

El análisis secundario descubrió que la triple combinación de vitamina D₃, omega-3 y ejercicio tenía beneficios acumulativos sobre el riesgo de cáncer invasivo. En particular, los autores llegaron a la conclusión de que había una reducción del riesgo de cáncer cuando se combinaban las tres intervenciones. Aunque es necesario seguir investigando para confirmar estos hallazgos, este descubrimiento está llamado a configurar el futuro de las estrategias de prevención del cáncer y podría tener importantes implicaciones positivas para el envejecimiento saludable y la carga que soportan los servicios sanitarios mundiales. 

Basarse en las pruebas existentes 

Además, la ciencia está demostrando que algunos nutrientes específicos también pueden ayudar a los pacientes que reciben tratamiento contra el cáncer. Muchos pacientes con cáncer corren un alto riesgo de desnutrición, tanto por la enfermedad en sí como por su tratamiento, lo que puede repercutir negativamente en la salud y la supervivencia de las personas, así como en la eficacia del tratamiento oncológico, si no se aborda adecuadamente. 

Los ácidos grasos omega-3 ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA) se perfilan como un prometedor apoyo nutricional al tratamiento del cáncer, en el que tienen el potencial de mejorar la eficacia de la inmunoterapia y de los fármacos antiinflamatorios contra el cáncer.^20,21 Investigaciones adicionales publicadas este año también muestran que la vitamina B5 tiene potencial para estimular la inmunovigilancia anticancerosa -un mecanismo del sistema inmunitario que ayuda a reconocer y destruir las células cancerosas- apoyando la terapia contra el cáncer.²² Mientras que la vitamina E ha demostrado mejorar significativamente la supervivencia de los pacientes sometidos a terapia de punto de control inmunitario (TIC).²³ En modelos de ratones, la vitamina E aumentó la eficacia antitumoral de la inmunoterapia TIC. Esto pone de relieve el importante papel que pueden desempeñar los nutrientes en las distintas fases del tratamiento del cáncer.

Apoyo más eficaz a los mayores 

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