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abril 30, 2020
El ácido araquadónico (ARA) es un componente clave de la leche materna y desempeña, junto con el DHA (ácido docosahexaenoico), un papel importante en el crecimiento y desarrollo del lactante. Una revisión recientemente publicada sobre el papel de los ARA en la leche humana destaca su importancia como precursores de diversas moléculas bioactivas que influyen en las vías metabólicas y de desarrollo durante los primeros años de vida.
Escuche en al Dr. Peter Van Dael, SVP de Ciencia y Defensa de la Nutrición en dsm-firmenich, hablar sobre el importante papel de los ARA y el DHA en la nutrición infantil:
La leche materna está reconocida universalmente como la opción óptima para la alimentación infantil, lo que ha dado lugar a amplias investigaciones sobre su composición única y compleja. Recientemente, Salem y Van Dael publicaron una revisión exhaustiva sobre los ARA en la leche materna. El ARA, un ácido graso n-6, es el ácido graso poliinsaturado de cadena larga (LC-PUFA) más predominante en la leche materna, que contiene alrededor de 1.000 ácidos grasos diferentes. La leche humana siempre contiene ARA y DHA, otro LC-PUFA, aunque los niveles varían mucho en las distintas partes del mundo.
Los ARA se encuentran en la leche materna, principalmente en forma de triglicéridos, aunque también como fosfolípidos de la membrana de glóbulos grasos de la leche. Aunque los lípidos representan sólo el 2-5% del peso de la leche materna, su composición varía más que la de cualquier otro macronutriente.1 La composición lipídica está influida por diversos factores, como la fase de lactancia, la duración de la alimentación, la edad gestacional en el momento del nacimiento, la dieta materna y el estado nutricional y la salud de la madre.2 La variabilidad de estos factores dificulta la cuantificación de la cantidad específica de diversos lípidos en la leche materna, lo que se confirma por los amplios intervalos registrados en diversos estudios. Salem y Van Dael señalan que el contenido de ARA oscila entre el 0,05% y el 1,12% del total de ácidos grasos y el contenido de DHA oscila entre apenas
Los niveles de DHA y ARA varían entre países y culturas, muy probablemente debido a las diferencias en la ingesta dietética de estos ácidos grasos esenciales. Tanto los niveles de DHA como los de ARA tienden a ser considerablemente más bajos en las mujeres desnutridas, y la disminución de los niveles se asocia a una mayor gravedad de la desnutrición.3 Los estudios sobre intervenciones dietéticas muestran que la ingesta dietética materna tanto de DHA como de ARA puede aumentar y mantener niveles adecuados en la leche materna.4-6 De hecho, el suplemento de DHA en la dieta de las mujeres lactantes produce una correlación lineal con el aumento de estos ácidos grasos en la leche materna.4
En comparación con los lactantes alimentados con leche materna, los lactantes alimentados con leche de fórmula sin ARA experimentan una disminución del nivel de ARA.7,8 La capacidad de los lactantes para sintetizar ARA a partir del ácido linoleico (LA) se ve muy afectada por una variante genética presente en aproximadamente el 30% de los europeos, en más del 50% de los asiáticos y en hasta el 97% de los nativos americanos.9 Se ha sugerido que esta interacción gen-dieta puede dar lugar a un nivel demasiado bajo de DHA y ARA y, como consecuencia, puede aumentar el riesgo de eccema, asma y deterioro cognitivo.10 Además, esto pone de relieve la necesidad de proporcionar ARA y DHA preformados en la dieta para favorecer un nivel adecuado de ARA y DHA.
El ARA es tan importante como el DHA para el desarrollo y el funcionamiento del sistema nervioso.11,12 Durante el desarrollo temprano, el ARA se acumula rápidamente y alcanza concentraciones elevadas similares a las del DHA.13,14 Numerosos estudios informan de los efectos beneficiosos sobre el desarrollo y la función cerebrales de las fórmulas infantiles suplementadas con DHA y ARA, en comparación con las fórmulas no suplementadas. Aunque anteriormente estos beneficios se atribuían al DHA, es más probable que los resultados se deban tanto al DHA como al ARA, que siempre se encuentran juntos en la leche materna.
Los ARA actúan como precursores de compuestos bioactivos, incluidos los eicosanoides y los endocannabinoides. Los eicosanoides son muy activos en diversos sistemas fisiológicos y procesos patológicos, incluido el proceso inflamatorio. Los receptores endocannabinoides están presentes a partir de las 14 semanas de gestación y parecen desempeñar diversas funciones en el desarrollo humano.
La lactancia materna está vinculada a un desarrollo cognitivo óptimo, que se ha relacionado con su composición lipídica única, en particular la presencia de ARA y DHA. La suplementación de los preparados para lactantes con DHA y ARA, con niveles de ARA normalmente superiores a los de DHA, puede producir mejoras en las evaluaciones visuales, cognitivas y psicomotoras.
En general, los estudios indican que los ARA y el DHA mejoran los resultados funcionales cuando se administran juntos, en la mayoría de los casos en una proporción de 2:1.15 La proporción parece especialmente importante para garantizar un equilibrio de estos ácidos grasos en el cerebro. Cuando se añaden suplementos de DHA a niveles superiores a los de ARA en los preparados para lactantes, se ha observado que el rendimiento cognitivo y el almacenamiento del tejido cerebral se desvían de los resultados de referencia.16-18
La investigación sobre el papel del DHA en el crecimiento y el desarrollo del lactante es más discutida, lo que se debe en parte a la falta de un modelo animal para la investigación de los ARA. Los roedores alimentados con una dieta deficiente en n-6 experimentaron graves trastornos cerebrales y de crecimiento, por lo que los resultados no pudieron relacionarse directamente con los ARA. La corrección de la deficiencia de ARA en otros modelos de roedores para obtener beneficios funcionales dio lugar a mejoras, a veces con suplementos de ARA solos, pero siempre cuando se administraban conjuntamente DHA y ARA.19
Recientemente, la Academia Europea de Pediatría y la Fundación para la Salud Infantil publicaron un documento de posición en el que subrayaban la importancia de proporcionar tanto DHA como ARA en los preparados para lactantes.20 Estos expertos internacionales en nutrición infantil concluyeron que el nivel de DHA debería ser como mínimo del 0,3% de los ácidos grasos, equivalente al nivel medio global de la leche materna, pero preferiblemente debería alcanzar el 0,5%. El grupo recomendó encarecidamente que se suministraran ARA junto con DHA. Cuando se aporta DHA en los preparados para lactantes hasta ∼0,64% de los ácidos grasos, deben aportarse ARA en cantidades al menos iguales.
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