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enero 5, 2018

Omega-3 y frecuencia cardiaca: el dedo en el pulso

Una frecuencia cardiaca elevada es un importante factor de riesgo de enfermedad cardiovascular. Cada vez hay más pruebas que sugieren que los omega-3 EPA y DHA tienen un efecto ralentizador del ritmo cardiaco en las personas, sobre todo en aquellas con riesgo de muerte súbita cardiaca (MSC), como los pacientes con enfermedad coronaria. Un metaanálisis realizado por dsm-firmenich y la Universidad de Soochow (China) investigó la eficacia del EPA y el DHA en la reducción de la frecuencia cardiaca, cuando se toman juntos y solos. Este artículo analiza los resultados.

Nueva ciencia Salud del corazón Suplementos dietéticos

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Por:  Dr. Wei-guo Zhang, Director de Ciencia de la Nutrición & Advocacy at dsm-firmenich China

Resumen
  • Los omega-3, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), son bien conocidos por sus posibles beneficios para la salud del corazón, como la reducción de la presión arterial y la inflamación. Sin embargo, aún no se ha estudiado en detalle su efecto sobre la frecuencia cardíaca 
  • Se ha sugerido que el EPA y el DHA pueden tener un efecto protector sobre la muerte súbita cardiaca (MSC) al reducir la frecuencia cardiaca elevada. 
  • Un nuevo metaanálisis ha investigado la eficacia del EPA y el DHA en la reducción de la frecuencia cardiaca, cuando se administran solos o juntos 

Una frecuencia cardiaca elevada es un importante factor de riesgo de enfermedad cardiovascular. Cada vez hay más pruebas que sugieren que los omega-3, el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), tienen un efecto ralentizador del ritmo cardiaco en las personas, sobre todo en aquellas con riesgo de muerte súbita cardiaca (MSC), como los pacientes con enfermedad coronaria. DSM y la Universidad de Soochow (China) han llevado a cabo un nuevo metaanálisis para investigar la eficacia del EPA y el DHA en la reducción de la frecuencia cardiaca, cuando se toman juntos y solos.

Amplias ventajas 

Los omega-3, EPA y DHA, están bien documentados en varios estudios por sus posibles beneficios para la salud del corazón, como la reducción de la presión arterial, los triglicéridos plasmáticos y la inflamación. Sin embargo, su papel en la ralentización de la frecuencia cardíaca elevada y, en particular, en la prevención de la MSC, sigue siendo un área emergente. Por ejemplo, un estudio prospectivo de médicos varones sin antecedentes de enfermedad cardiovascular (ECV) preexistente descubrió que los que consumían pescado al menos una vez a la semana presentaban un menor riesgo de ECF.

Aunque los mecanismos exactos que subyacen a los efectos preventivos del EPA y el DHA en la MSC siguen sin estar claros, se sugiere que se debe a su capacidad para reducir la frecuencia cardiaca. La frecuencia cardiaca elevada es un factor de riesgo potencial de morbimortalidad cardiovascular y, en particular, de MSC. Por tanto, cualquier agente que tenga propiedades reductoras de la frecuencia cardiaca, sin efectos secundarios, podría ser fundamental para prevenir la MSC en el futuro.

Dadas las pruebas que avalan los efectos protectores del EPA y el DHA en el organismo frente a la ECF, DSM y la Universidad SooChow de China han realizado un nuevo metaanálisis para evaluar su eficacia en la reducción de la frecuencia cardiaca elevada, tomados solos o juntos. 

Un paso importante 

La mayoría de los ensayos controlados aleatorizados (ECA) realizados hasta la fecha han indicado una reducción de la frecuencia cardiaca con la suplementación de EPA y DHA cuando se toman juntos. Este estudio es el metaanálisis más reciente realizado desde 2005. En total, 51 ECA fueron elegibles para el metanálisis, con aproximadamente 3.000 participantes entre 1988 y 2016, un aumento con respecto al metanálisis anterior, con 30 ECA y 1.678 sujetos. Aunque varios estudios han investigado por separado los efectos del EPA y el DHA, nunca antes se había examinado la diferencia entre ambos en la reducción de la frecuencia cardiaca.

Los resultados fueron notables; en comparación con el placebo, la suplementación con omega-3 produjo una leve, aunque significativa, reducción de la frecuencia cardiaca. Mientras que en los ensayos con suplementos de DHA se observó una modesta reducción de la frecuencia cardiaca, con los suplementos de EPA no se observó ningún efecto estadísticamente significativo. En general, la suplementación con omega-3 redujo la frecuencia cardiaca en 2,23 latidos por minuto (lpm), mientras que el DHA lo hizo en 2,47 lpm. 

Mejora de los planes de salud pública 

Los resultados del metaanálisis podrían tener importantes implicaciones para la salud pública, ya que se estima que una reducción de la frecuencia cardiaca de 3,2 lpm corresponde a un riesgo 7,5% menor de MSC.3 Sin embargo, dado que todos los metaanálisis existentes han mostrado una mayor tendencia a la reducción en aquellos con una frecuencia cardiaca basal más alta, sería beneficioso realizar futuros ensayos clínicos que comparen el efecto de la suplementación con omega-3 en diferentes niveles de frecuencia cardiaca basal, especialmente en aquellos con taquicardia (una frecuencia cardiaca en reposo de más de 100 lpm) o normal alta.

La introducción de suplementos de omega-3 en las estrategias de salud pública como parte de una modificación del estilo de vida podría contribuir a reducir la mortalidad por todas las causas entre la población general, así como a disminuir el riesgo de ECF, especialmente en quienes no siguen una dieta rica en ácidos grasos omega-3. Sin embargo, según investigaciones recientes, los adultos de la mayoría de las regiones del mundo tienen un nivel bajo o muy bajo de omega-3, en particular de EPA y DHA.4 El problema se pone aún más de relieve en un nuevo estudio según el cual, dentro de un grupo de médicos de familia estadounidenses, la mayoría desconocía su propio nivel de omega-3, y sólo el 5% tenía los niveles recomendados de omega-3 en sangre.5

1.  K. Hidayat et al., 'Effect of omega-3 long-chain polyunsaturated fatty acid supplementation on heart rate: a meta-analysis of randomized controlled trials', European Journal of Clinical Nutrition, 2017. https://doi.org/10.1038/s41430-017-0052-3

2.  Ibid.

3.  D. Mozaffarian et al., 'Dietary fish and n-3 fatty acid intake and cardiac electrocardiographic parameters in humans' J Am Coll Cardiol. vol. 47, nº 3, 2006, p. 478-84.

4.  K. Stark et al., 'Global survey of the omega-3 fatty acids, docosahexaenoic acid and eicosapentaenoic acid in the blood stream of healthy adults', Progress in Lipid Research, vol. 63, 2016, p.132-152.

5.  N.V. Matusheski et al., 'US family physicians overestimate personal omega-3 fatty acid biomarker status: Associations with fatty fish and omega-3 supplement intake', Current Developments in Nutrition, 2017, vol. 1, número 12.

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Esta página ha sido traducida automáticamente del inglés mediante Inteligencia Artificial (IA).