Parisino de nacimiento, Grégoire Balleydier siempre ha tenido alma de ciudad. Sin embargo, la llamada de la naturaleza llama a menudo a su puerta. De niño pasaba los veranos en el norte de Provenza, el idílico hogar de Jean Giono, uno de sus autores franceses favoritos, donde el sol, los olivares y el fragante marqués silvestre despertaron su temprana fascinación por los aromas. A los 15 años, durante unas prácticas en una casa de perfumes, el camino de Grégoire quedó claro: se convertiría en perfumista.

En 2011 comenzó su andadura, empezando por estudiar Química en la Universidad de Versalles y, en 2013, ingresando en la École Supérieure du Parfum (ESP). Tras obtener su maestría en 2018, Grégoire pasó un año en Argeville, cerca de Grasse, trabajando como perfumista técnico junior. Este apasionado individuo se unió entonces al equipo de dsm-firmenich en París, donde comenzó su formación como Perfumista, bajo la tutoría de la Maestra Perfumista Nathalie Lorson.

Dos años más tarde, se trasladó a Londres para perfeccionar sus habilidades con otro maestro perfumista, Martin Koh. Su viaje le llevó después a Nueva York, donde Grégoire se sumergió aún más en la exigente profesión de perfumista, junto al Perfumista Principal Frank Voelkl.

Gran observador y muy imaginativo, Grégoire es también un ávido aficionado a la fotografía. A través del objetivo, capta instantes fugaces, plasmando en imágenes su creatividad, que cultiva tanto captando momentos robados con su cámara digital como visitando las más bellas exposiciones fotográficas de París.

En 2017, su viaje dio un giro significativo cuando se embarcó en unas prácticas de varios meses en Chennai (India), un auténtico jardín de perfumes. Allí descubrió campos de jazmín y nardo, experimentando un inolvidable "choque olfativo". Más tarde, en Madagascar, exploró algunas de las mejores materias primas, como la pimienta, el ylang-ylang y la vainilla. "Estar allí lo cambió todo. Ahora, cuando me siento en mi despacho y mezclo estos ingredientes en una fórmula, pienso inmediatamente en los agricultores que cultivan estos extraordinarios materiales", reflexiona.

Hoy en día, Grégoire continúa su viaje en París, trabajando como perfumista de fragancias finas en dsm-firmenich, un campo que ofrece infinitas posibilidades para la creatividad y la exploración, lo que le permite seguir ampliando sus horizontes olfativos.