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abril 7, 2020
Nuestro experto en inmunidad examina el papel de una ingesta diaria de nutrientes, en la cantidad adecuada, para construir un sistema inmunitario fuerte y eficaz, y cómo la suplementación puede apoyar la salud pública a través de medidas para reducir el riesgo, la gravedad y la duración de las infecciones víricas.
Escuche al Dr. Peter Van Dael, Vicepresidente Senior de Ciencia y Defensa de la Nutrición de dsm-firmenich, hablar sobre el papel de la nutrición en el mantenimiento de un sistema inmunitario fuerte y la importancia de una ingesta suficiente de nutrientes que refuercen el sistema inmunitario:
Los consumidores son cada vez más conscientes de la importancia del papel que desempeña la nutrición en el apoyo a su salud y bienestar generales, y en concreto a su inmunidad. En una reciente encuesta realizada entre consumidores, el 71% de ellos afirmaron estar aplicando medidas para mejorar su dieta y nutrición, aumentar los niveles de ejercicio físico o consumir suplementos dietéticos, con el fin de mejorar su inmunidad.1 Sin embargo, aunque existe una clara relación entre los beneficios de la suplementación y la salud inmunitaria, los consumidores no siempre adoptan un enfoque coherente a la hora de tomar suplementos dietéticos, por ejemplo, sólo los toman durante los meses de invierno o cuando ya han enfermado.
Para favorecer realmente una salud inmunitaria óptima, es necesario aumentar la concienciación sobre la importancia de tomar los nutrientes adecuados, en la cantidad adecuada y en el momento oportuno.
Las infecciones agudas de las vías respiratorias, que pueden impedir la función respiratoria normal, son una de las principales causas de muerte en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que, en todo el mundo, la gripe estacional por sí sola puede provocar entre 3 y 5 millones de casos de enfermedad grave que requieren hospitalización, así como causar entre 290.000 y 650.000 muertes al año.2
Mantener un sistema inmunitario óptimo es, por tanto, crucial para reducir el impacto de las infecciones, además de ser importante para la salud y el bienestar generales. El sistema inmunitario es complejo y comprende dos respuestas complementarias: la innata y la adaptativa. La respuesta innata actúa proporcionando barreras físicas para evitar la entrada de patógenos, así como glóbulos blancos y moléculas que están preparados para actuar inmediatamente ante una infección. Por el contrario, la respuesta adaptativa tarda en desarrollarse, pero es muy específica y selectiva, y crea la "memoria" inmunológica que impide la reinfección con el mismo patógeno dos veces. La memoria es también el mecanismo por el que las vacunas ayudan a prevenir enfermedades. La inmunidad adaptativa se compone de células como las B, que fabrican anticuerpos, y las T, que eliminan las células infectadas por virus. Tanto la inmunidad innata como la adaptativa son fundamentales para el funcionamiento de un sistema inmunitario eficaz.
Aunque los programas de vacunación contra enfermedades como la gripe y las prácticas higiénicas estrictas ya se recomiendan ampliamente, casos como la reciente pandemia de nuevos coronavirus demuestran que se necesitan medidas adicionales para reducir aún más el impacto de las infecciones víricas, y en particular de las infecciones de las vías respiratorias, con el fin de proteger la salud pública.
El papel de los nutrientes en el mantenimiento -y la mejora- de la inmunidad está bien establecido, pero a menudo no se aplica en las estrategias de salud pública. Sin embargo, un reciente dictamen de expertos, que se encuentra actualmente en proceso de revisión por pares, ha destacado el importante papel que desempeñan las vitaminas, los minerales y otros ingredientes nutricionales en este ámbito.3 El dictamen de expertos destaca el impacto positivo de las vitaminas A, B6, B12, C, D, E y el folato para los sistemas inmunitarios innato y adaptativo.4 También se ha descubierto que nutrientes como los omega-3 favorecen un sistema inmunitario óptimo, al ayudar a resolver la respuesta inflamatoria.5 No sólo se ha demostrado que determinados micronutrientes marcan la diferencia, sino que también hay cada vez más pruebas que sugieren que las deficiencias de nutrientes podrían afectar negativamente a la función inmunitaria, e incluso disminuir potencialmente la resistencia a las infecciones.6
Se ha observado que la administración de suplementos de vitamina C reduce el riesgo de neumonía, sobre todo en las personas con una ingesta dietética baja.7 También ha demostrado que disminuye la duración y la gravedad de las infecciones de las vías respiratorias superiores.8 Varios metaanálisis recientes también han llegado a la conclusión de que la administración de suplementos de vitamina D reduce de hecho la incidencia de infecciones respiratorias.9
A pesar de sus funciones metabólicas esenciales y de los beneficios de los micronutrientes en el riesgo de infecciones de las vías respiratorias, la ingesta alimentaria en todo el mundo sigue siendo generalmente baja en comparación con la cantidad diaria recomendada (CDR). Por ejemplo, en Europa, todos los grupos de edad presentan una proporción de riesgo de ingesta inadecuada de vitaminas D, E, folato y selenio, mientras que la ingesta de vitamina C sigue siendo baja en determinados grupos demográficos.10
Sin embargo, la opinión de los expertos afirma que, en el caso de algunos micronutrientes, la ingesta puede tener que ser superior a la CDR para proporcionar un apoyo inmunitario óptimo. Por ejemplo, durante una infección, las reservas de vitamina C pueden agotarse y, por tanto, requerir niveles más altos para volver a los niveles normales en sangre. El documento recomienda una ingesta diaria de al menos 200 mg/día de vitamina C y 2.000 UI (50 µg) de vitamina D para las personas sanas, por encima de las CDR estadounidenses. Dadas las pruebas a favor de los omega-3, también sugiere que 250 mg/día de ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA) ayudarían a proporcionar los beneficios inflamatorios necesarios para optimizar la inmunidad.
Es importante recordar que la CDR se establece para satisfacer las necesidades nutricionales básicas de las personas sanas. En determinados estados de enfermedad, el organismo -en concreto los sistemas inmunitarios innato y adaptativo- necesita nutrientes adicionales para reforzar el sistema inmunitario y luchar contra las infecciones. Existe una amplia gama entre la CDR y el nivel máximo de ingesta segura, lo que significa que los consumidores pueden aumentar su ingesta de nutrientes esenciales a través de la dieta y la suplementación para desarrollar una inmunidad óptima.
A la vista de las pruebas existentes, la inclusión de suplementos nutricionales en las futuras estrategias de salud pública podría ser muy beneficiosa para reforzar la función inmunitaria. Aunque las prácticas actuales, como las vacunaciones y las medidas higiénicas, pueden ayudar a limitar la propagación de infecciones, el apoyo adicional mediante la administración de suplementos es una forma segura, eficaz y de bajo coste de ayudar a la salud pública, al favorecer una respuesta inmunitaria óptima, una respuesta clave de nuestro organismo en la gestión de las enfermedades infecciosas.
Descargue un ejemplar de nuestro informe sobre inmunidad para compartirlo con su equipo.
[1] dsm-firmenich, "Global health concerns", [informe], 2017.
[2] Visite la Organización Mundial de la Salud "Influenza (Seasonal)". Disponible en línea: (consultado el 2 de marzo de 2020).
[3] Calder, P.C. et al, "Optimal Nutritional Status for a Well-Functioning Immune System is an Important Factor to Protect Against Viral Infections", Preprints 2020, 2020030199.
[4] Ibid.
[5] Calder, P.C. "Ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y procesos inflamatorios: ¿nutrición o farmacología?", Br J Clin Pharmacol,2012, 75, 645-662.
[6] Calder, P.C. et al, Preprints 2020
[7] Hemilä, H. et al, 'Vitamin C for preventing and treating pneumonia', Cochrane Database of Systematic Reviews 2013, 8, CD005532.
[8] Hemilä, H. 'Vitamin C and infections', Nutrients, 2017, 9, 339.
[9] Martineau, A.R.et al, 'Vitamin D supplementation to prevent acute respiratory tract infections: systematic review and meta-analysis of individual participant data', BMJ, 2017, 356, i6583.
[10] Gombart, A.F. et al, 'A review of micronutrients and the immune system-working in harmony to reduce the risk of infection', Nutrients, 2020, 12, 236.
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