Un nuevo amanecer en protección solar sostenible

Cuando se trata de productos de protección solar, la gente no debería tener que elegir entre proteger su salud o el medio ambiente.

Con nuestra experiencia y 40 años de trabajo a la vanguardia de la investigación en el sector de los rayos UV, hemos desarrollado tecnologías innovadoras y sostenibles que potencian una protección UV realmente adaptada al futuro. Nuestro objetivo es que los consumidores puedan estar seguros de que su piel está protegida sin dejar una huella negativa en el medio ambiente.

PARSOL® 1789 (Avobenzona) es el filtro UVA más potente y el único aprobado mundialmente, destinado a proteger contra los efectos del envejecimiento cutáneo y el cáncer de piel inducido por los rayos UVA. Al ser el único filtro UVA aprobado a nivel mundial, su existencia es vital para la formulación de productos de protección solar eficaces.

Teniendo en cuenta esta importancia, combinada con el compromiso de dsm-firmenich de ofrecer soluciones de protección UV respetuosas con el medio ambiente, fue preocupante que PARSOL® 1789 se considerara "no biodegradable" según el análisis OCDE 302/ISO 11734.

Aquí explicamos por qué exploramos pruebas adicionales sobre el destino medioambiental de la avobenzona que respaldan al ingrediente como filtro UV sostenible y seguro frente al sol. 

El destino probable de PARSOL® 1789 en las aguas superficiales

Aunque PARSOL® 1789 se consideró "no biodegradable", las observaciones del profesor Mitchelmore, del Centro de Ciencias Medioambientales de la Universidad de Maryland, informaron de la escasa o nula detección de Avobenzona en múltiples lugares, incluidas playas muy populares, donde se habían encontrado otros filtros UV¹.

dsm-firmenich es una empresa impulsada por la ciencia. Nuestro objetivo es arrojar luz sobre temas controvertidos proporcionando información objetiva, en particular con respecto a la exactitud y pertinencia de las publicaciones científicas relacionadas con nuestros productos y conocimientos especializados. Por lo tanto, en un intento de explicar esta discrepancia significativa, hemos estado trabajando con compañeros de la industria para mejorar la calidad de los datos científicos sobre el impacto medioambiental potencial de PARSOL® 1789.

Lo que hemos descubierto es que el resultado y las directrices de la OCDE no tienen en cuenta un factor clave en la degradación de la avobenzona. Esto se debe a que el factor relevante no es biológico, para el que la prueba estándar es la más adecuada. Sin embargo, en realidad existen muchas otras posibles vías de degradación.

Cuando un compuesto se libera al medio ambiente, su destino depende de la velocidad del metabolismo de los microbios, pero también de los procesos abióticos: la luz solar, por ejemplo, puede provocar su degradación. Sin embargo, la luz ultravioleta no suele formar parte del montaje experimental estándar cuando se evalúa la biodegradación.

La radiación UV está presente en prácticamente todos los lugares donde se han encontrado niveles residuales de filtros UV y donde se alimentan la fauna y la flora. Por ejemplo, los filtros UV se introducen en las aguas superficiales y el medio marino directamente por los bañistas, o a través de las corrientes de aguas residuales. Por lo tanto, cabe suponer que PARSOL® 1789 reside durante un tiempo razonablemente largo en aguas superficiales poco profundas, donde está expuesto a la radiación UV solar.

Más pruebas

Para predecir el destino de la Avobenzona en el agua, tuvimos que desarrollar un montaje de prueba modificado. Normalmente, las investigaciones de fotoestabilidad se realizan en disolvente y a altas concentraciones. Para imitar la situación en las aguas superficiales necesitábamos crear soluciones de Avobenzona en agua a las concentraciones más bajas posibles. Resultó que el límite de solubilidad (en torno a 1 ppm) es una concentración de este tipo, que sigue permitiendo cuantificar la descomposición y se encuentra en un rango de dilución razonable en comparación con los protectores solares. PARSOL® 1789 se introdujo en agua pura a aproximadamente 1,3 ppm y se probó su estabilidad bajo radiación UV, utilizando tanto una fuente artificial (Atlas Sun Test) como luz solar filtrada a través de una ventana de cristal estándar (para bloquear la UVB y debilitar la UVA).

La figura 1 muestra la concentración recuperada de Avobenzona como porcentaje de la cantidad inicial, en función de la fuente de radiación. El control, en el que la Avobenzona se mantuvo en agua pura en la oscuridad durante 2 días, mostró una elevada tasa de recuperación del 92,7%. Cabe esperar una recuperación tan elevada cuando el experimento de biodegradación se realice conforme a la OCDE. Sin embargo, cuando la muestra se almacenó bajo la luz de la ventana durante 2 días, se perdió el 96% del PARSOL® 1789. Lo mismo se observó si la muestra recibía 25 MED (dosis eritematosa mínima) de irradiación solar simulada en un dispositivo de ensayo.