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octubre 24, 2022
La sarcopenia, una "enfermedad muscular originada por cambios musculares adversos que se acumulan a lo largo de la vida "1, afectará a un mayor número de personas en todo el mundo, ya que se calcula que el 22% de la población mundial tendrá más de 60 años en 20502, y las mujeres mayores corren un mayor riesgo de padecer trastornos de la movilidad relacionados con la sarcopenia3.
Hasta el 40% de las personas de todo el mundo padecen sarcopenia,5 definida como "una enfermedad muscular originada por cambios musculares adversos que se acumulan a lo largo de la vida" y que es común entre los adultos mayores.1 Debido al aumento de la esperanza de vida, se calcula que en 2050 el 22% de la población mundial tendrá más de 60 años, y se prevé que esta cifra aumente.2 Entre los factores de riesgo de la sarcopenia se incluyen la edad avanzada, la inactividad física, la obesidad y enfermedades crónicas como la artritis reumatoide o el cáncer. La sarcopenia reduce la movilidad, los resultados quirúrgicos, la función inmunitaria y aumenta los costes sanitarios, la duración de las estancias hospitalarias e incluso la mortalidad.6,7
La tasa de pérdida muscular varía entre hombres y mujeres, aunque estas últimas suelen tener una menor masa muscular, fuerza y función física a cualquier edad a lo largo de su vida.8,9 Debido a la disminución de la proliferación de células satélite musculares, el aumento de los niveles de marcadores inflamatorios y la alteración de los niveles de hormonas sexuales, las mujeres mayores tienen un riesgo un 20% mayor que los hombres de padecer afecciones de movilidad relacionadas con la sarcopenia.10,11 Dado el importante impacto de la sarcopenia en el bienestar y la calidad de vida, existe una necesidad evidente de estrategias de tratamiento nutricional para abordar esta afección, especialmente en las mujeres.
Los efectos antiinflamatorios de los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3 (PUFAs) EPA y DHA pueden ayudar a mantener la masa muscular y reducir el riesgo de desarrollar sarcopenia, así como sus efectos debilitantes sobre la movilidad.12 Un nuevo estudio clínico descubrió que la suplementación con aceite de pescado (que contiene PUFAs) era eficaz para ayudar a aumentar la fuerza muscular y el rendimiento físico en mujeres mayores sarcopénicas cuando se combinaba con un programa de ejercicios de resistencia.4 Mientras que el entrenamiento físico ayudó a aumentar la fuerza muscular y la masa de todas las mujeres del estudio, las que recibieron suplementos diarios de aceite de pescado observaron una tendencia hacia mayores incrementos en la fuerza muscular máxima y la masa durante un periodo de 14 semanas.
Los investigadores postularon que el uso de suplementos de aceite de pescado, ricos en ácidos grasos omega-3, refuerza la respuesta neuromuscular al ejercicio para ayudar a aumentar la fuerza muscular y el rendimiento físico. Los autores sugieren que las ganancias iniciales de fuerza muscular podrían atribuirse al ajuste neural que se produce en las primeras semanas de entrenamiento, seguido de un aumento de la masa muscular. Esto significa que, si bien el entrenamiento de resistencia es clave para aumentar la fuerza y la masa muscular en los ancianos sarcopénicos, los efectos beneficiosos del entrenamiento con ejercicios de resistencia en mujeres mayores sarcopénicas se ven notablemente potenciados por la suplementación con AGPI omega-3.4
Un metaanálisis reciente de 123 estudios clínicos también halló una asociación positiva de los suplementos de aceite de pescado con la masa muscular corporal total, el volumen, la función y la fuerza, concretamente en las áreas de masa corporal magra, masa muscular esquelética y capacidad voluntaria máxima del cuádriceps.13 El DHA y el EPA podrían ayudar a reducir el riesgo y mitigar la progresión de la sarcopenia al atacar la inflamación de bajo grado relacionada con la edad que contribuye al desarrollo de la enfermedad. Los PUFAs omega-3 también pueden promover la fuerza y la función muscular modulando la síntesis de proteínas musculares.12 La suplementación con EPA y DHA puede, por tanto, proporcionar una intervención segura, sencilla y de bajo coste para tratar las condiciones de movilidad relacionadas con la sarcopenia.
Junto a estos prometedores resultados, los investigadores han identificado la necesidad de seguir investigando y de realizar ensayos más amplios en poblaciones de riesgo para reforzar las pruebas y la aplicabilidad de estos hallazgos en la prevención de la sarcopenia. No obstante, los efectos antiinflamatorios de los PUFA omega-3 han quedado demostrados en numerosos estudios clínicos y con animales.14,15,16 Dado que la sarcopenia y muchas otras enfermedades y afecciones humanas como el deterioro cognitivo, la artritis y el cáncer implican inflamación crónica, el DHA y el EPA demuestran un potencial significativo para mantener la masa muscular.17
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