ARA y DHA en la nutrición infantil

Resumen

Un momento crítico:

• Los primeros 1.000 días, entre el inicio del embarazo de una mujer y el segundo cumpleaños de su hijo, ofrecen una oportunidad única para aportar nutrientes importantes que pueden ayudar a forjar un futuro saludable.
• El ARA y el DHA son dos ácidos grasos primarios omega-6 y omega-3 de cadena larga que son cruciales para el crecimiento cognitivo, así como para el desarrollo visual e inmunitario.
• Una vez introducidos los alimentos complementarios, es importante que los lactantes sigan recibiendo ARA y DHA en niveles eficaces.

Combinación crucial

Es bien sabido que los primeros 1.000 días, entre el inicio del embarazo de una mujer y el segundo cumpleaños de su hijo, son cruciales para el crecimiento y desarrollo del bebé. Estudios recientes destacan que los ácidos grasos de cadena larga ácido araquidónico (ARA) y ácido docosahexaenoico (DHA) -cuando están disponibles juntos- pueden tener un efecto positivo a largo plazo en el desarrollo durante esta etapa. Sin embargo, una mala nutrición puede tener un impacto irreversible y negativo en la capacidad del niño para crecer y aprender.

La composición de la leche materna suele estudiarse para establecer las necesidades nutricionales de los lactantes, ya que se considera el "patrón oro" de la nutrición infantil. El ARA y el DHA son los principales ácidos grasos omega-6 y omega-3 de cadena larga presentes en la leche materna y se transmiten preferentemente a través de la placenta durante el embarazo. Ambos siguen siendo importantes durante los primeros años de vida, ya que la leche materna suele ser la única o principal fuente de alimento, responsable de suministrar al lactante las cantidades adecuadas de energía y nutrientes esenciales.

Lo que revela la investigación

Los primeros años proporcionan el mayor periodo de crecimiento cerebral, y los estudios demuestran que el cerebro infantil acumula grandes cantidades de omega-3 DHA -una importante grasa estructural- durante el desarrollo. Las investigaciones han revelado que las dietas ricas en ácidos grasos omega-3 también pueden reducir el riesgo de parto prematuro hasta en un 58%.¹ Además, un estudio clave observó que este tipo de dieta daba lugar a un mayor peso al nacer que aquellas con un menor consumo de ácidos grasos omega-3.² De cara al futuro, las pruebas demuestran que los bebés nacidos de madres con mayores niveles de DHA en el momento del parto tenían una mayor capacidad de atención hasta bien entrado su segundo año de vida ³

Las investigaciones en curso apuntan a la función única que tiene el ARA junto con el DHA. Por ejemplo, los estudios demuestran que este nutriente puede desempeñar un papel clave en el mantenimiento de la salud infantil, gracias a su efecto en la formación ósea, el flujo sanguíneo, la función de los vasos sanguíneos y el desarrollo y funcionamiento del sistema inmunitario.⁴ Los nuevos conocimientos científicos también subrayan su papel en el mantenimiento de un tracto gastrointestinal sano.⁵ Aunque los niveles de DHA pueden variar en función de la ingesta individual, nuevas investigaciones sobre el ARA han descubierto que los niveles son más estables en la leche materna humana en todo el mundo, lo que sugiere la importancia de este nutriente para la salud y el desarrollo infantil.⁶

Garantizar un futuro saludable

La nutrición durante los primeros 1.000 días se considera fundamental, no sólo para proporcionar el mejor comienzo en la vida, sino también para ayudar a reducir el riesgo de ciertas enfermedades no transmisibles en etapas posteriores de la vida. Dado que los niveles de ARA y DHA en los alimentos complementarios suelen ser bajos, los alimentos enriquecidos y los suplementos con un equilibrio de ambos podrían resultar una opción viable para un crecimiento y desarrollo saludables durante esta importante etapa de la vida.