Carmita nació en Francia de padres portugueses y vive en Brasil desde 1999. Se describe a sí misma con orgullo como "franco-portuguesa brasileñizada".

Creció cerca de un bosque y todavía le emociona el olor de los árboles. De niña le gustaba pasear, montar en bicicleta y ayudar a su padre, que le enseñó a reconocer las plantas aromáticas, lo que desencadenó su continua afición por las fragancias e inspiró la elección de su carrera.

Tras cinco años de formación como perfumista, dsm-firmenich le ofreció un puesto en Brasil. El país y sus gentes la cautivaron. "Los estereotipos son realmente reales: las playas, los amplios espacios abiertos, la variedad de paisajes y las increíbles frutas y flores durante todo el año. La luz es espectacular, y el sol brilla todos los días". Tras haber visto evolucionar la industria de la perfumería en Brasil a lo largo de muchos años, ahora crea fragancias que encarnan sus tres palabras clave: frescura, confort y sensualidad.

Para Carmita es el leitmotiv definitorio. "La naturaleza es el mayor perfumista de todos. Me encanta el olor de la menta en los arroyos, el de la paja seca en la pampa brasileña, la fragancia de la madera de olivo y la de la albahaca cuando llueve. Me encanta formar parte de esta inmensidad, de esta diversidad. Para mí, todo es un viaje".